miércoles, 17 de agosto de 2011

Muchacha en la ventana del Cristo Redentor de Lubango

Muchacha en la ventana de Dalí

viernes, 5 de agosto de 2011

Dr. Africano VS Seguridad Social madrileña

Pocas cosas pueden inquietar más que ir a un médico en medio de la sabana africana…más aún si el médico en cuestión es el “ginecólogo” que durante varios meses hará el seguimiento del embarazo de una primeriza como yo.

Hace varios meses, al descubrir que estaba encinta y en el culo del mundo, se nos planteó la terrible cuestión de cómo hacer el seguimiento en la ciudad de Ondjiva, mundialmente conocida por su carencia de todo, incluidos servicios médicos.

Preguntamos a varios amigos que sin dudarlo nos recomendaron ir a la “ultra civilizada” Namibia, cuya ciudad más próxima a Angola, Oshakati, está a unas escasas 3 horas de viaje, si los señores aduaneros están de buenas, y dispone de todos los servicios que uno pueda soñar.

A través de nuestra red de contactos conseguimos el teléfono del ginecólogo del lugar, el Dr. Mavetera, nativo de Zambia.

Conseguir cita telefónica no fue tarea fácil si tenemos en cuenta que su secretaria apenas chapurreaba el inglés y prefería respondernos en kuanhama u otra lengua local, o vocal más bien.

- Buenas tardes, queríamos pedir cita con el Dr. Mavetera.

- Eeehhhhh (con todo ascendente)

- ¿Eso es un sí?

- Aaaaaaahhhhh

- Podría ser para el sábado por la tarde, es que venimos desde Angola…

- Iiiiiiiihhhhh

- ¿Eso es que está de acuerdo? ¿A qué hora? ¿16h?

- Eeeehhhh

Pues ahí estábamos el sábado por la tarde en el edificio de chapa prefabricado donde el doctor tenía su gabinete. En la sala de espera unas 30 mujeres namibianas en avanzado estado se apretujaban en las escasas sillas, 4 viejos carteles de fauna salvaje colgaban descoloridos de las desconchadas paredes y unas flores de plástico polvorientas decoraban el mostrador tras el cual una sonriente y peluda secretaria (el vello de su escote nos tenía anonadados) nos daba la bienvenida.

Evidentemente no era la misma que al teléfono, pues esta se defendía bastante bien en inglés e incluso chapurreaba francés, consecuencia de un antiguo romance con un francés que pasó por allí y se prendó de la velluda mujer.

- Buenas, tenemos cita con el Dr. a las 16h.

- Muy bien, pero dudo que pueda atenderles antes de las 19h o 20h, tiene más de 60 pacientes.

- ¡¡¡60 pacientes en una tarde!!!

- Lo mejor es que se vuelvan a su hotel, se duchen, descansen tras el viaje desde Angola y ya les llamo yo al móvil cuando vaya a ser su turno.

Vaya, estos privilegios no se pueden rechazar.

A las 19h nos llamó la amable secretaria y pudimos conocer en persona al famoso Doctor, previo pago de 50 $, cuyo título comprobamos lo había obtenido en la Universidad de Cluj, capital histórica de Transilvania, en Rumanía.

Historial médico africano

Tal vez se trataba de uno de esos famosos títulos comprados en la época de la URSS con diamantes africanos…prefería no pensar en ello y relajarme en la ¿camilla? Una vieja tabla metálica cubierta con pañales pegados a modo de protección hacía las veces de camilla. Me tomó la tensión, me hizo una breve ecografía con un aparato de los años 60 y tras apenas 5 minutos ya estábamos fuera de la consulta…aún quedaban unas 15 mujeres y muchos dólares por ganar.

Y como en el fondo una no es tan “echá pa lante” como cree agarré los bártulos y me volví para la tierra madre, dispuesta a hacerle frente a todas las trabas de la Sagrada Seguridad Social madrileña para que mi retoño nazca bien.

La aventura entre centros de salud y hospitales públicos acaba de empezar, la batalla contra los burócratas de la Aguirre está siendo agotadora:

- Ahora debe personarse en los mostradores del centro de salud de su zona para pedir cita, una vez obtenida se va corriendo a la otra punta de la Comunidad para que le validen la hora en el hospital, acto seguido vuelve aquí, pero antes de las 13h para que le sellemos el resguardo, y el día de la cita aparezca por lo menos 2 horas antes para que le reconfirmen el horario.

- Y no puedo pedir las citas por teléfono.

- ¿Teléfono? ¿Pero usted quien se cree que es?

Las broncas de la ginecóloga cuando le explico que hasta ahora me han llevado en embarazo en el culo del mundo son bochornosas:

-¿No te han hecho la prueba del zozuplosatoK2X positivo en la semana 11 y tres cuartos? Pues olvídate, era ESENCIAL.

- Le digo que estaba perdida en África, allí los recursos médicos…

- Bah, primerizas progres y menos mal que no eres inmigrante, si no te habría escupido directamente.

Las horas de espera en las frías salas de extracción del Puerta de Hierro terroríficas, y las listas de espera para conseguir cita previa, mejor ni hablar:

- Quisiera cita para que mi ginecóloga (la estúpida) me vea los resultados de los análisis ESENCIALES MEGAURGENTES que me han hecho de la semana 24 y dos días.

- A ver, creo que para noviembre queda algo.

- ¿Noviembre?

- Si, del 2036, claro, antes IMPOSIBLE

- ¡Pero si salgo de cuentas en unos meses!

- Pues la única solución es que intente colarse o vaya a urgencias.

- Genial, vaya consejos del servicio público.

Ayyyy, cómo echo de menos a mi secretaria peludita y el Dr. Drácula chupadólares.